Encuentros en el camino
Ya sabéis que este blog se llama ¿Por qué no lo dices? Pues yo hoy lo voy a decir.
Hay muchos tipos de personas en la vida. Personas que te encuentras por el camino y que de una forma u otra forman parte de tu existencia.
Hay algunas que vienen y se quedan para siempre, todo el rato. Otras que te cruzas, te saludan, le saludas y siguen su camino (tú el tuyo también). Otras que entran, se quedan, pero con el tiempo se van, y se van para siempre… Da lo mismo cómo se hayan ido, de qué forma, se han ido y ya está o a lo mejor te has ido tú, el caso es que ya no están y tú sigues tu camino…
Y luego están las personas que a mí me gustan, las que no se quedan todo el rato, ahí, pim, pim, pim… Pero sí que están, y tú lo sabes. Yo tengo personas de esas en mi vida, aunque he decirte que me sobran los dedos de una mano para contarlas…
Pero están, y han decidido que no se quieren ir, y tú has decidido que no quieres que se vayan. ¿Por qué?
Porque son almas que se complementan, porque son personas vitamina, porque son de lo que no hay… y como tú eso lo sabes, pues te las quedas para tí para siempre… Esas personas que yo tengo en mi vida, son de las que aunque hayan paréntesis (mi vida está llena de ellos, y lo sabes si me lees) largos, cortos, buenos, malos, regulares, cuando levantas un teléfono (los teléfonos ya no se levantan, pero queda romántico) ahí están, como ayer, o como hace dos años…
Qué gustazo oye, qué maravilla… Esta entrada de hoy me la acaba de regalar una de esas personas, una amiga de las de siempre, unidas en su momento por Alejandro Sanz. A ratos la odio porque fue a verlo a la discoteca Super Chuys (si eres de Murcia, sabes donde te digo, ahora hay un Mercadona, las vueltas que da la vida oye…) cuando Alejandro era un bebé, un querubín, era famosillo (quién le iba a decir a él que estaba cantando en un futuro Mercadona). Como te decía, es amiga de las de siempre, pero no de las de todo el rato. Y digo que me la ha regalado ella, porque me ha inspirado para escribir lo que ahora estás leyendo… Sí, soy afortunada, y lo digo, ella es uno de los dedos con los que las cuento, pero no de los que me sobran, no, de los que cuentan… Es más, probablemente fue uno de los primeros dedos con los que yo empecé a contar…
Siempre está ahí, como la vieja del visillo, pero no la de José Mota, me refiero a esa que siempre está asomada, detrás del visillo observando, observándote por si te ve pasar para darte un abrazo. Yo también tengo ese visillo eehhh, yo también la observo por si pasa, y si pasa, que pasar, pasa fijo, le arreo un abrazo, de los chillaos, de los que salen del alma.
A esos dedos de mi mano, pero no los que sobran, los que cuentan, les quiero dar las gracias, porque en ese cruce de caminos que nos vamos encontrando a lo largo de la vida (hay muchos), aparecieron de la nada, como dice mi hija, y oye, se quisieron quedar, y yo quise que se quedaran.
Gracias por existir, por ser, por estar, por todo (esos dedos que cuentan, saben quienes son)… a los otros dedos, los que me sobran, también les doy las gracias, por supuesto, faltaría más… En realidad no me sobran, siguen estando ahí, me ayudan a sostener cosas con mi mano, pero simplemente ahí están…
P.D. Gracias por leerme a los que lo hacéis, y a los que no, gracias también por haberte cruzado en mi camino de la vida de alguna forma o de otra… GRACIAS!!!!!
P.D.2: Lo que ha unido Alejandro Sanz, que no lo separe nadie…AMÉN